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Motivación en Acción: Transforma Tus Sueños en Realidad




Si tienes el propósito de hacer ejercicio y no lo acostumbras, no tienes el hábito; al principio tal vez te podrá costar mucho trabajo.


¿Qué te puede ayudar? Primero definir tu motivo o motivación para hacer ejercicio, no olvides que esa motivación sea con base en ti y no por alguien más. ¿Quieres practicar por mejorar tu figura, por salud, por sentirte mejor física y anímicamente? Cualquiera que sea tu motivo, es válido. Ahora, prepara lo que necesites, define en dónde harás ejercicio y qué tipo de él, visualízate practicando y teniendo los beneficios, descúbrete alegre, sano, tendiendo lo que buscas.


Aquí es donde entra ¡Hazlo, no lo pienses! Si decidiste ir a correr o al gimnasio y las cosas se pueden acomodar de la siguiente manera, entonces llévate tu maleta al trabajo y terminando tu jornada laboral, cámbiate ahí mismo, para que al salir te vayas directo a tu práctica; realízalo como una más de tus actividades acostumbradas, como levantarte, ir al baño, comer, bañarte, y cuando ya estés en el lugar, si ahí lo piensas, es poco probable que te vayas a tu casa o a otro lado, a fin de cuentas ya estas ahí; de lo contrario, si pasas a tu casa a cambiarte, tendrá muchas tentaciones, tu cama, tu computadora, la tele, el refrigerador y más cosas que te pueden alejar de tu propósito; hazlo en automático, sin pensarlo. Ya después de varias semanas o meses de práctica tendrás un hábito que te hará necesitar hacer ejercicio.


Con lo anterior te recuerdo ¡hazlo, no lo pienses!


En psicología y filosofía, la motivación implica estados internos que dirigen el organismo hacia metas o fines determinados; son los impulsos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación. Este último término está relacionado con voluntad e interés.


A veces comenzar a mover esa rueda de la motivación, puede ser difícil.

Recuerda que lo que necesitas está dentro de ti, si tu motivador es el reconocimiento o agradarle a la gente, tal vez al principio te ayude pero lo más seguro es que dure poco tiempo y si algo no sale como esperabas o no se da, será desmotivante y quedarás más atrás, incluso que cuando empezaste.

Si hiciste algo y no funcionó o no lo has logrado, recuerda que sólo es tarde cuando las cosas no se intentan, que hoy es el gran día para iniciar o re iniciar algo y seguirlo hasta cumplirlo.


Eres un ser único e irrepetible, con todo el potencial para lograr lo que te propongas y si algo, después de haberlo intentado muchas veces no se ha dado, tal vez no era para ti o no era el momento, lo que si te puedo asegurar, es que ya no estarás en el mismo lugar en el que empezaste, ya habrás avanzado, teniendo otra perspectiva de las situaciones, de la vida.


Si tu plan o proyecto es grande, proponte objetivos a corto plazo para que al irlos logrando, te vayan dando motivación al conseguirlos. Tus metas están al frente, no mirando hacia el piso.


Recuerda a Vikctor Frankl que en las peores circunstancias por estar en un campo de concentración Nazi, pudo soportar eso debido a que tenía un sentido de vida (su motivación, su para qué), sabía que es lo que quería, a donde deseaba llegar.

Y tú ¿tienes tu sentido de vida? ¿Sabes a dónde quieres llegar? Si tu respuesta o respuestas fueron no, ese puede ser un buen comienzo, empieza por visualizar cómo te quieres ver en un año, cómo te quieres sentir e inicia juntando todo lo que necesitas para lograrlo, un paso a la vez, sin decir que sea rápido o despacio, que sea simplemente como deba ser. Si necesitas aprender, practicar, pedir ayuda ¡Hazlo! empezando por ayudarte a ti mismo/a. Si ves algo conveniente en otra persona, no dudes en imitarlo, incluso preguntarle cómo lo hizo, sabiendo que eso te podrá ahorrar tiempo, incluso motivar al saber que funciona.


El tiempo pasa y la vida con él.

Ésta no se detiene y si lo dejas para después, probablemente pase mucho tiempo o incluso no lo hagas.


Necesitas romper programas, costumbres, paradigmas, busca tu motivador principal ¿tu salud? ¿tu paz? y además ¿tus hijos? ¿tu pareja?


Si encuentras tu motivador y te impulsa, te aseguro que te servirá mucho, además de que en tu trayecto y/o llegada, podrá inspirar a mucha gente.


Ya que identifiques tus motivadores, no los sueltes, porque ellos te fortalecerán en momentos de duda o debilidad.


Una idea de cual o cuales pudieran ser tus motivadores, los puedes encontrar en la investigación de Eduard Spriger y sus seis motivadores: Teórico (Conocimiento), Utilitario (Económico), Estético (Ambiente), Social (Personas), Individualista (Poder), Tradicional (Metodología/Religión).


Avanza y deja de lado al peor juez que a veces pudieras tener, ese que ves en el espejo por las mañanas, dile a tu cuerpo con tus pensamientos y tu postura que vas hacia adelante, no lo olvides “derechito/a y respirando” jalando aire y regalándote una gran sonrisa, al mismo tiempo que dices ¡Claro que puedo!


Probablemente al principio, no te convenza pero ten presente que podemos “empezar actuando y terminar creyendo”. Lo importante es comenzar, aunque al principio no te la creas; te darás cuenta que conforme pase el tiempo y vayas progresando te sentirás mejor y te la creerás cada vez más.


Créetela lo suficiente, ni menos que no lo intentes y te quedes con el “hubiera”, ni más para que te llenes de soberbia, créetela lo suficiente, para intentarlo, disfrutar y ayudar.


Tú decides si das el siguiente paso o te quedas en donde estás. La diferencia no la hará tu inteligencia, ella te ayudará, lo importante será realizado por tu constancia y lo que te mueva a hacerlo, será tu motivación y esa no nace de tu pareja, tus hijos o tus papás, ella NACE DE TI.


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